"El mundo habrá acabado de joderse el día en que los
hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga"
Gabriel García Márquez
La literatura
es en esencia un cofre de tesoros
escondidos, que solo con la lectura podremos hallarlos, sino nos atrevemos a abrir la tapa de este cofre y
levantar la mirada sobre cada letra que
está allí esperando nuestra presencia, no tendremos nunca la satisfacción de
haber tenido una mágica aventura
descubriendo tesoros que quedaran
en nosotros para siempre.
Sin lugar a duda,
para devorar la literatura se necesita sentir, desear y gozar. Pero ¿qué hacer
para conseguir esto en las aulas de
clase?
No es suficiente con
asignar lecturas obligatorias a los estudiantes, necesitamos que las asuman con
agrado, que las consuman con placer para que al fin las comprensiones no sean efímeras, sino que logren
trascender en el pensamiento del
estudiante.
Si bien, es necesario que el maestro se rete y busque pensar
en las maneras, las estrategias y los recursos que pueden favorecer el
acercamiento de los jóvenes a la literatura, pues a veces es complicado que por si solo se motiven a
leer textos como llamamos clásicos o
perteneciente a una época especifica.
Es más fácil acercarles a la literatura juvenil, lo cual es
realmente valioso y de igual forma contribuye a la formación de los estudiantes.
Pero los textos clásicos
deben ser recuperados para potenciar los pilares de la educación y así contribuir a
la formación mínima de bagaje cultural, social e histórico en los estudiantes.
En este sentido
podemos traer a colación autores como
Gabriel García Márquez y Julio Cortázar importantes representantes de la
literatura latinoamericana, que recogen en sus obras la magia, la fantasía y la
realidad. Podría afirmarse que quien lean estos autores y muchísimos más que
hacen parte de la lista de grandes escritores al disfrutar podrán transformar
su visión y valorar las palabras de José Luis Sampedro, (extraídas de su obra Valor
de la palabra) que expresa:
“La palabra fomenta nuestra
imaginación: leyendo inventamos lo que no vemos, nos hacemos creadores
<...> Hace cinco siglos la imprenta nos libró de la ignorancia llevando a
todos el saber y las ideas <...> El libro, que enseña y conmueve, es
además ahora el mensajero de nuestra voz y la defensa para pensar en libertad”.
(Citado en comunidad escolar, revista)
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